José Luis Artús 30/11/2014 23:32 En el último suspiro, en el último instante de un partido durísimo entre dos de los equipos que en este momento aspiran a conquistar el título de Liga, apareció Sergio Busquets en el corazón del área para remachar a la red un balón que parecía no querer entrar. Pasaban tres minutos del tiempo reglamentario con el Barça logrando lo que no había conseguido en el resto del partido, meter a su rival en el área, cuando un centro de Messi desde la derecha fue cabeceado por Neymar a bocajarro y despejado por Diego Alves. Apareció entonces ‘Busi’, que le pegó con toda el alma y encontró premio. El Barça sumó tres puntos de esos que a la larga pueden valer un título. Fue después de un encuentro extraño en el que Luis Enrique decidió dar una vuelta de tuerca más en sus experimentos tácticos. Situó en el centro del campo juntos a Mascherano y Busquets, con Xavi cayendo al interior izquierdo y dejando a Rakitic en el banquillo, pero no varió el dibujo, un 4-3-3 en el que Busquets se situó tirado a la derecha, dejando carril para las subidas de Alves y tapando el centrocampista las posibles contras valencianistas.